El Design Thinking lleva tu empresa a otro nivel
El mundo está en constante cambio y evolución, por eso todo el tiempo se idean cosas, metodologías, propuestas, artefactos, entre otros, que contribuyen a mejorar procesos de diferentes ámbitos sociales. Un ejemplo de ello es el Design Thinking, un método para generar ideas innovadoras, procurando centrar la eficacia en tratar de entender y dar solución a las necesidades de los usuarios. En términos generales, el Design Thinking se puede entender como un generador de ideas aplicable a cualquier campo, desde el desarrollo de productos y servicios hasta la mejora de diversos procesos.
Una de las principales características de este método es el hecho de poder ‘pensar-haciendo’, por ejemplo, se puede experimentar o combinar con diversos elementos a la vez, un ejemplo de ello son los diseñadores, quienes se enfocan en usar las manos y la mente a la vez, así se encargan de generar ideas para dar un plus al cliente y que se convierta en una oportunidad para el mercado. La clave puede estar en el comportamiento del usuario.
Ahora bien, este método puede comprender algunas etapas sencillas:
Empatizar:
Se puede dar en la inmersión dentro de las experiencias de las personas, así aprendes del usuario.
Definir el problema:
En este punto ya puedes empezar a filtrar la información recopilada para quedarte con lo que aporta valor, con esas nuevas perspectivas.
Idear:
Busca posibles soluciones al problema
Prototipar: construye un modelo tangible de tu idea, procura darle forma a tu concepto.
Evaluar o testear:
Aquí es fundamental poner a prueba el prototipo con tu público objetivo.
Teniendo en cuenta las etapas anteriores ya puedes aplicar esta metodología en cualquier área de trabajo, así tienes la innovación a la mano, reduces costos y riesgos, potencias el trabajo en equipo y aceleras el ciclo de nuevas soluciones para satisfacer las necesidades del usuario.
