En primer lugar, es importante tener en cuenta los medios de pago que ofrecemos a nuestros clientes, los más conocidos son:
Convencionales:
Son aquellos pagos que para efectuarse no requieren de dispositivos electrónicos, como por ejemplo el pago con dinero en efectivo y el cheque. Sin embargo, con la bancarización y la aceleración en materia digital, cada vez más se va disminuyendo el uso de estas formas de pago.
Electrónicos:
Son aquellas en las que el comprador hace el pago por medio de dinero electrónico, como por ejemplo las tarjetas de crédito o de débito son de las más comunes; la primera hace referencia a un dinero que el cliente o usuario no tiene y que debe devolver en el futuro, la segunda, se refiere al dinero que el cliente tiene en su cuenta bancaria en el momento en el que hace la compra. Aquí también se encuentran los pagos por transferencia electrónica, en línea, a través del celular (se puede hacer también por medio de un código QR o gracias a la tecnología NFC), moneda virtual o criptomoneda (solo existen en el campo digital, pero tienen su equivalencia con el dinero común y físico).
Otro punto a tener en cuenta es la logística del proceso de compra, que significa el hecho de poder administrar estratégicamente la adquisición, traslado y almacenamiento de los materiales. Algunos de los ítems más relevantes son: descripción de los materiales, selección de las posibles fuentes de aprovisionamiento, análisis de las cotizaciones, preparación de la orden de compra, seguimiento y expedición, recepción e inspección de artículos, liquidación de pagos y facturas y mantenimientos de registro. Además, ten en cuenta el empaque o embalaje: el primero hace referencia a cómo el cliente va a percibir el producto y su precio; el segundo, a la protección que va tener el producto para el transporte.
Por otro lado, es necesario que hagas un buen inventario de tu producto. Un inventario es el conjunto de elementos que se almacenan y están a la espera de ser vendidos o utilizados para el producto final, así estás al tanto de cuánto tienes, cuándo debes reponer, reconoces qué vendes más y que no para así tomar decisiones al respecto. El inventario lo puedes hacer a mano, en una hoja de cálculo o como te quede mejor, puedes clasificar y asignar un código a los elementos que tienes y así hacer más fácil el proceso y conteo para así hacer el listado final.
Por último, te recomendamos brindar un servicio posventa. En la mayoría de los casos resulta de gran ayuda el hecho de seguir interactuando con el cliente luego de que este ya haya adquirido el producto que le hemos ofrecido. Para ello existe el servicio posventa, así también seguimos al tanto de las reacciones del usuario y de lo que se podría mejorar, también, se puede ofrecer por ejemplo una ampliación del servicio que ha tomado o un mantenimiento del producto que ha comprado. Además, puedes mantener esa comunicación con los clientes a través de un flyer en el correo electrónico o un SMS que le informe sobre novedades, descuentos o invitaciones a eventos de la empresa.
Carolina
