Si te fijas, la democratización del internet ha cambiado las dinámicas de los seres humanos, desde su forma de comunicarse hasta los tiempos que antes gastaban tratando de enviar información de un lugar a otro, o también la forma de crear empresa en esta actualidad.
De acuerdo con Eric Ries (expositor del método Lean Startup), las startups son instituciones humanas diseñadas para crear nuevos productos y servicios en medio de incertidumbre extrema. En otras palabras, es el nombre que reciben las empresas con gran tecnología y que van creciendo de manera exponencial. Una de las grandes cualidades de estas empresas es el hecho de poder adaptarse de manera rápida y fácil frente a situaciones de adversidad, además, son capaces de automatizar y sistematizar con mayor eficiencia sus procesos. Un ejemplo de startup es Google o WhatsApp.
Por otro lado, resulta importante dejar claro que una startup no es crear un negocio copiándolo de manera exacta de otro lado, ya sea por el modelo de negocio, la política de sus precios, consumidores o producto. Una startup puede empezar con una inversión mínima y a medida que va creciendo va recibiendo capital de personas interesadas en invertir.
Aquí cabe resaltar que una startup tampoco es una Pyme, debido a que la primera se basa en la tecnología y suele suceder que sus colaboradores son o trabajan desde otras partes del mundo, mientras que los trabajadores de las Pymes suelen ser locales. Además, las startups tienen un alcance global en comparación con las Pymes, ya que estas últimas pueden cubrir únicamente el mercado local o nacional. Otro punto importante es que las startups tienen como premisa estar en constante innovación con la creatividad como herramienta, mientras que la Pyme puede continuar con su normal funcionamiento e impacto sin esta característica.
Por último, si se tiene en mente un emprendimiento hay tres máximas de acuerdo con Eric Ries: crear, medir, aprender. El futuro es incierto e impredecible, pero el emprendedor que no se arriesga, que no tiene sentido común y que no hace sacrificios para conseguir el éxito, sencillamente no es ni merece ser llamado emprendedor.
Carolina
